Una constante en el mundo de los negocios es el cambio y adaptación. Sin importar la época, la humanidad ha realizado intercambios y transacciones comerciales, ya sea de productos o servicios.

Esta dinámica tiene como plataforma lo que se ha denominado como mercado, que se rige por leyes que buscan mantener un equilibrio en las fuerzas que interactúan. Una de sus leyes más conocidas es la Ley de la Oferta y la Demanda que dice que “hablando dentro de un mercado de competencia perfecta, el precio de un bien se situará en un “punto de equilibrio” donde la demanda sea igual a la oferta”. Ese punto de equilibrio es el precio al que los consumidores están dispuestos a comprar el bien.

Sin embargo, para que se de esté equilibrio los competidores o jugadores estarán en una constante adaptación a los hábitos de consumo de las personas o harán lo posible por influir en esos hábitos para incrementar su participación en el mercado.

Ya en términos prácticos. La omnicanalidad es una nueva tendencia que las empresas de éxito están aplicando con el fin de vender más, así de simple.

Primero, para entrarle al tema es necesario conocer de dónde viene esta tendencia, para ello será necesario explicar el término multicanal y canal de comercialización para identificar y comprender correctamente la omnicanalidad.

Un canal de comercialización es la ruta que siguen los productos y servicios desde el fabricante hasta el consumidor final. Los más conocidos son:

Tiendas físicas o puntos de venta. Son establecimientos comerciales tradicionales donde se exhiben y venden productos de una sola marca o fabricante directamente al público. Se ubican en plazas comerciales y avenidas de uno o más lugares (sucursales).

Tiendas en línea. Son plataformas digitales en las que los usuarios de internet pueden realizar compras, realizar pagos en línea, pagos en tiendas de conveniencia, depósitos bancarios y posteriormente recibir sus productos en su domicilio.

Marketplaces. Son sitios web que agrupan a múltiples vendedores y permiten comercio electrónico actuando como intermediarios. Amazon, Mercado Libre, AliExpress, etc.

Venta al por Mayor. Es la venta de productos de una empresa fabricante a otra que se dedica a la comercialización al consumidor final (Retail).

Venta directa. Es un canal directo entre el fabricante de productos y los consumidores sin intermediarios.

Revendedores. Son personas o empresas que compran productos a un precio menor y los revenden a un precio mayor.

Aplicaciones móviles. Son plataformas que permiten a los consumidores comprar productos desde sus dispositivos móviles directamente sin pasar por sitios web y navegadores de internet.

Supermercados y Almacenes. Son centros de abasto tradicionales que concentran múltiples marcas y los productos son comprados por los consumidores directamente del anaquel.

Los anteriores canales de comercialización son los más utilizados por las empresas, actúan de manera independiente.

Aquí aterrizamos en el concepto de multicanalidad.

Que como su nombre lo indica, es una estrategia que permite a las empresas llegar a sus clientes por más de un canal. Por ejemplo: pueden tener una tienda física o showroom y al mismo tiempo tener una tienda en línea. Y en su sitio web contar con un contacto vía whatsapp para atención a clientes. Sin embargo, cada canal actúa de manera independiente, ya que sus procesos no se encuentran unificados.

Una estrategia omnicanal ofrece a los clientes una experiencia de compra unificada. ¿Qué es exactamente una estrategia omnicanal?

Que un cliente puede realizar una compra de un producto que un influencer le recomendó en redes sociales y accedió a un ecommerce para hacer un pedido y recoger su producto en una sucursal o punto de venta  o llegar al punto de venta y que se lo envíen a otra ciudad. Y al mismo tiempo tener acceso a un sistema de atención vía chat y preguntar por el estatus del pedido.

Suena a algo fantástico pero es posible con la tecnología NETZEN.